(NASA).- El espacio es mayormente silencioso. Los datos recopilados por los telescopios se pueden convertir en tablas, gráficos e imágenes. Un proyecto de “sonificación” dirigido por el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA y el programa Universe of Learning de la NASA transforma datos de los telescopios más poderosos del mundo en sonidos. Este trabajo permite interpretar datos de fuentes cósmicas con un sentido diferente: el oído.
La última entrega de este proyecto de sonificación se ha realizado a partir de una región donde se están formando estrellas (Westerlund 2), el campo de escombros dejado por una estrella que explotó (el remanente de supernova de Tycho) y la región alrededor del agujero negro más famoso (Messier 87). Cada sonificación tiene su propia técnica para traducir los datos astronómicos en sonidos que los humanos podemos escuchar.
Este es un cúmulo de estrellas jóvenes, de entre uno y dos millones de años, ubicado a unos 20 mil años luz de la Tierra. En su forma de imagen visual, los datos del Hubble (verde y azul) revelan nubes gruesas donde se forman las estrellas, mientras que los rayos X vistos desde Chandra (púrpura) penetran a través de esa neblina. En la versión sonificada de estos datos, los sonidos se desplazan de izquierda a derecha a través del campo de visión con una luz más brillante que produce un sonido más fuerte. El tono de las notas indica la posición vertical de las fuentes en la imagen, con los tonos más altos hacia la parte superior de la imagen. Los datos del Hubble se reproducen mediante cuerdas. Los datos de rayos X de Chandra están representados por campanas, y la luz de rayos X más difusa se reproduce con tonos más sostenidos.
Comenzando en el centro, la sonificación del remanente de la supernova Tycho se expande desde el punto medio de un círculo hacia el exterior. La imagen contiene datos de rayos X de Chandra, donde los diversos colores representan pequeñas bandas de frecuencia que están asociadas con diferentes elementos que se mueven hacia la Tierra y alejándose de ella. Por ejemplo, el rojo muestra el hierro, el verde es el silicio y el azul representa el azufre.
La sonificación se alinea con esos colores, ya que la luz más roja produce las notas más graves y el azul y el violeta crean las notas más agudas. El color varía sobre el remanente, pero las notas más bajas y más altas (rojo y azul) dominan cerca del centro y están unidas por otros colores (notas de rango medio) hacia el borde del remanente. El blanco corresponde al rango completo de frecuencias de luz observables por Chandra, que es más fuerte hacia el borde del remanente. Esta luz también se convierte en sonido de una manera más directa, interpretando las frecuencias de la luz como frecuencias del sonido y luego bajándolas 50 octavas para que caigan dentro del rango de audición humana. Las diferentes proporciones de hierro, silicio y azufre en el remanente se escuchan en los cambios de los picos de frecuencias bajas, medias y altas en el sonido. El campo de estrellas en la imagen observado por Hubble se reproduce como notas en un arpa con el tono determinado por su color.