Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió este lunes que su gobierno impondrá aranceles “muy severos” a Rusia si no se alcanza un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania en un plazo de 50 días. La medida incluiría tanto aranceles directos como sanciones secundarias, lo que representa un giro en la política de sanciones de Occidente.
Durante una reunión en la Oficina Oval con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump expresó su creciente frustración con el presidente ruso, Vladimir Putin. “Vamos a aplicar aranceles muy severos si no llegamos a un acuerdo en 50 días. Serán del 100 por ciento”, aseguró el mandatario.
El presidente también detalló que las sanciones secundarias afectarían a los compradores internacionales de exportaciones rusas, a menos que el Kremlin acceda a una negociación de paz. El objetivo, dijo, es aislar a Moscú de la economía global.
Más apoyo militar a Ucrania
En paralelo a la amenaza comercial, Trump anunció el envío de armamento de última generación a Ucrania. “Vamos a fabricar armas de última generación y las enviaremos a la OTAN. Los países aliados las pagarán”, señaló. Entre el equipo militar que se prevé enviar se incluyen misiles de defensa aérea Patriot, una de las principales solicitudes del gobierno ucraniano para reforzar la defensa de sus ciudades ante los ataques rusos.
Según el mandatario, varias de las 17 baterías Patriot que otros países ya han encargado podrían redirigirse “muy rápidamente” hacia Ucrania. “Un par de países que tienen Patriots van a intercambiarlos y reemplazarlos con los que ya tienen”, dijo Trump.
Un giro en la política de sanciones
La posible implementación de sanciones secundarias implicaría una presión sin precedentes sobre los aliados comerciales de Rusia, como China e India, que continúan comprando petróleo ruso. Aunque las naciones occidentales han recortado sus vínculos financieros con Moscú, hasta ahora no habían bloqueado del todo la venta de petróleo ruso fuera de Europa y Estados Unidos.
Legisladores de ambos partidos en el Congreso estadounidense ya trabajan en un proyecto de ley para autorizar estas medidas más duras. La estrategia busca cortar de raíz los ingresos energéticos que han permitido a Rusia sostener la guerra por más de tres años.
Por su parte, el secretario general de la OTAN subrayó que “la rapidez es fundamental aquí” y confió en que la presión coordinada sobre Moscú lleve a Putin a reconsiderar las negociaciones de paz.