El yen japonés cayó este miércoles a su nivel más bajo desde mediados de 1990, tocando los 155.17 yenes por dólar, lo que ha generado una considerable preocupación entre inversores y autoridades financieras sobre una posible intervención del Banco de Japón.
Durante la jornada, el ministro de Finanzas de Japón, Shunichi Suzuki, reconoció la posibilidad de tomar medidas para estabilizar la moneda, en respuesta a los recientes movimientos especulativos. Las declaraciones se dieron después de una reunión la semana pasada con contrapartes de Estados Unidos y Corea del Sur, donde se discutió la volatilidad del yen.
La debilidad del yen se ha visto influida por un dólar fortalecido, que ha sido impulsado por recientes datos económicos en Estados Unidos indicando un crecimiento robusto y reduciendo expectativas de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal. Este panorama ha presionado al Banco de Japón a mantener su política monetaria ultra relajada, contrastando con el endurecimiento de políticas en otras economías mayores.
Los mercados se mantienen atentos a la conclusión de la reunión del Banco de Japón este viernes, donde se anticipa que la política monetaria se mantendrá sin cambios, aunque no se descarta una sorpresa ante la presión actual.