Ciudad de México, 9 de abril de 2025.– En una noche cargada de simbolismo y tensión, Cruz Azul logró una victoria histórica sobre el América con marcador de 2-1, en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de Campeones de la Concacaf, disputado en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria ante más de 27 mil 900 espectadores.
El encuentro estuvo marcado por una curiosa superstición: una bandera gigante de la afición cementera, que mostraba a un tren y un trabajador de la cementera, se rompió en dos al desplegarse desde lo alto del estadio. El incidente fue interpretado como un mal presagio y generó burlas por parte de la hinchada americanista. Sin embargo, el resultado final terminó desafiando ese augurio.
El delantero mexicano Ángel Sepúlveda fue el gran protagonista del encuentro al anotar un doblete decisivo en los minutos 12 y 85, asegurando la ventaja para La Máquina en esta primera serie del clásico joven.
Por parte del América, el español Álvaro Fidalgo empató momentáneamente el encuentro con un gol al minuto 57, lo que hizo pensar que la historia se repetiría con una nueva frustración celeste. No obstante, esta vez Cruz Azul encontró el temple y la contundencia para llevarse el triunfo.
La victoria tiene un sabor especial para los cementeros, no solo por el rival, sino también por el contexto: finales perdidas en liga, eliminaciones dolorosas en torneos previos, y una supuesta “maldición” ante el América. El resultado representa una posible ruptura con esa narrativa, y los coloca en una posición ventajosa rumbo a la semifinal del certamen regional.
El partido de vuelta se disputará la próxima semana, y definirá si Cruz Azul puede concretar su pase a la antesala de la gran final continental.