El XXXIII Premio Internacional Menéndez Pelayo, que reconoce a personalidades destacadas en el ámbito de la creación literaria o científica, fue otorgado al eminente patólogo Ruy Pérez Tamayo, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, cuyas investigaciones han constituido significativas aportaciones para la Medicina. Filósofo, historiador y divulgador de la ciencia, Pérez Tamayo aborda, además de las científicas, las bases filosóficas que sustentan distintos aspectos de la naturaleza, la historia de su desarrollo y las estructuras sociales en las que se da y en las que se expresa; labor que pone de manifiesto su carácter de hombre universal y científico humanista.
- El doctor Ruy Pérez Tamayo, especialista en Patología y miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, es galardonado con el XXXIII Premio Internacional Menéndez Pelayo.
- Profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pérez Tamayo es un científico humanista y un hombre universal.
- Entre las razones que apunta para ser científico están: “para no tener jefe en el trabajo”, “para usar mejor el cerebro”, “para siempre estar contento”.
Profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor Pérez Tamayo ha sido profesor invitado en las universidades de Costa Rica, San Salvador, Panamá, Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, Harvard, Yale, Galveston, John Hopkins, Minnesota, Madrid, Lisboa y Tel Aviv. En la década de los cincuenta fue promotor de los “grupos piloto”, una propuesta encaminada a innovar en la enseñanza de la Medicina y la formación de investigadores científicos; su libro Introducción a la patología: mecanismos de la enfermedad –Mechanisms of disease (1961) es uno de los dos únicos textos médicos escritos en Latinoamérica que forman parte de la bibliografía para los estudiantes de medicina en Estados Unidos.
Los proyectos del doctor Pérez Tamayo siempre han estado vinculados a la práctica clínica y al mejoramiento del sistema de salud mexicano. En 1954 fundó la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México, unidad que dirigió por 15 años y cuya labor de investigación significó el paso de la patología mexicana de lo meramente descriptivo al estudio de los mecanismos y estrictas correlaciones anatomoclínicas. Dirigió, también, el Departamento de Biología Celular del Instituto de investigaciones Biomédicas y el Departamento de Patología en el Instituto Nacional de Nutrición. En 1984 fue designado jefe de la División de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina.
Investigador incansable, ha publicado cientos de artículos científicos en revistas especializadas, tanto nacionales como extranjeras, y más de sesenta libros, entre los más importantes están Aterosclerosis, El concepto de enfermedad: su evolución a través de la historia, Ciencia, paciencia y conciencia, Microbios y enfermedades, Historia general de la ciencia en México en el siglo XX, Serendipia, ensayos sobre ciencia, medicina y otros sueños y Diez razones para ser científico, entre las que destacamos: “para no tener jefe en el trabajo”, “para usar mejor el cerebro”, “para siempre estar contento”.