La evidencia indica que las personas diabéticas tienen un riesgo de desarrollar COVID-19 de forma grave, por lo cual, un cuadro por SARS-CoV-2 puede dañar el páncreas de la gente o provocarles una diabetes transitoria o indefinida; este nuevo proceso patológico descrito por sobrevivientes infectados, significa otro reto para el manejo clínico y es una secuela seria de esta enfermedad, aseguró la científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Ma. Isabel Salazar Sánchez en el marco del Día Mundial del Diabetes.
Al respecto, el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, ha señalado que la Nueva Escuela Mexicana impulsa una vida saludable, que modifique los hábitos negativos y propicie en las comunidades educativas una mejor nutrición, la activación física y el deporte, además de prácticas que contribuyan al bienestar de los estudiantes y profesores.
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El Director General del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, ha mencionado que los estudiantes, docentes, investigadores y egresados politécnicos, particularmente los del área de la salud, se esfuerzan por apoyar a nuestro país y a las instituciones que afrontan los retos inherentes a la pandemia por COVID-19.
En el marco del Día Mundial de la Diabetes, la investigadora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) detalló que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) 8.7 millones de mexicanos sufren diabetes, pero a este número se debe agregar los que se encuentran en un estado prediabético y los no diagnosticados, lo que sumaría cerca de 12 millones de personas. “Este subregistro aunado a la falta de control del padecimiento puede tener relación directa con la alta tasa de casos graves por COVID-19 en nuestro país”.
Explicó que la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente (tipo 1 o juvenil) o cuando el organismo no utiliza eficazmente la hormona que produce (tipo 2 o mellitus). “Los altos niveles de glucosa en sangre causan una alteración en el sistema inmunológico y, como consecuencia, se afectan sus mecanismos de defensa”.
Indicó que una persona con diabetes tipo 2 puede vivir algún tiempo sin mostrar síntomas, pero en ese lapso en que desconoce su padecimiento, el exceso de glucosa en la sangre daña el cuerpo de manera silenciosa. Ante esa situación, la especialista del IPN hizo un llamado a la población para adquirir hábitos de vida realmente saludables e iniciar una cultura de la prevención, al realizarse periódicamente un estudio de laboratorio que determine su índice de glucosa en la sangre, con el propósito de contar con un diagnóstico temprano para evitar complicaciones en muchas otras enfermedades, entre ellas el COVID-19.
Finalmente, la doctora Salazar Sánchez refirió que en México la diabetes y la obesidad constituyen un serio problema de salud pública. “A este escenario se sumó la pandemia por COVID-19, lo cual incrementa la vulnerabilidad de la población mexicana, como lo indican las tasas de mortalidad observadas. Por ello, es necesario un cambio de los estilos de vida, para modificar el régimen alimentario (reducir ingesta de alimentos con alta carga calórica) y adoptar la disciplina de una actividad física regular, a fin de reducir el impacto del COVID-19 y otras afecciones”.