Un nuevo informe de Naciones Unidas muestra la desigualdad territorial de la malnutrición en los países de América Latina y el Caribe.
El Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina y el Caribe 2020 analiza el sobrepeso infantil y el retraso en el crecimiento infantil en los países de la región, e identifica qué territorios están altamente rezagados, es decir, que exhiben niveles significativamente superiores al promedio nacional.
Según el informe, el sobrepeso infantil en los territorios altamente rezagados de la región es dos veces mayor que en los territorios sin rezago: 13,1% versus 6,6%. El retraso en el crecimiento infantil alcanza 27,6% en los territorios con alto rezago, y sólo 11,9% en los no rezagados.
El Panorama destaca que el impacto de la pandemia ocurre en un momento en el cual la seguridad alimentaria regional ya venía en claro deterioro: en 2019, 47,7 millones de personas, el 7,4% de la población, vivía con hambre, un aumento de más de 13 millones sólo en los últimos cinco años. Además de ello, más de 190 millones de personas vivían en inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que implica que uno de cada tres habitantes de América Latina no tuvo acceso a alimentos nutritivos y suficientes en 2019.
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“En América Latina y el Caribe, el fuerte golpe económico de la pandemia ha dejado a millones de familias con menos recursos para comprar alimentos nutritivos,” señaló Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. “No recibir una alimentación saludable entre los 6 meses y 2 años pone a los niños y niñas en riesgo de malnutrición. Para que pueden crecer sanos en tiempos de pandemia, es urgente asegurar la disponibilidad de alimentos saludables a precios asequibles.”
El nuevo informe también alerta sobre el aumento del sobrepeso y la obesidad, que ha ocurrido en todos los grupos de edad: en 2016, 315 millones de personas (casi la mitad de la población de la región) sufría sobrepeso y obesidad, en comparación con 239 millones en 2006. Esto es particularmente grave debido a la evidencia que la obesidad está asociado al riesgo de sufrir peores efectos en caso de una infección por COVID19.
“La distribución desigual de recursos y oportunidades está dejando atrás a muchas personas y se prevé que el COVID-19 aumente todas las formas de malnutrición infantil, incluidos el retraso del crecimiento, las deficiencias de micronutrientes y el sobrepeso y la obesidad”, afirmó Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS/OMS. “Es necesario reformar los sistemas alimentarios y de nutrición, y proporcionar a las poblaciones una nutrición óptima”, agregó.