El turismo ha sido uno de los sectores más afectados por el COVID-19 y ningún país ha quedado ileso, con restricciones en los viajes y una caída repentina de la demanda de los consumidores que ha provocado un desplome sin precedentes del número de turistas internacionales.
Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de la economía informal son los que corren mayor riesgo de perder sus empleos por el cierre de empresas en el sector.
La crisis turística también supone una amenaza en la conservación de la vida silvestre y la protección del patrimonio cultural. La repentina caída de los ingresos del turismo ha cortado la financiación para la conservación de la biodiversidad y, dado que los medios de vida están en peligro en las zonas protegidas y sus alrededores, se teme que aumenten los casos de caza furtiva y saqueo. Además, con el cierre del 90% de los sitios del patrimonio mundial como consecuencia de la pandemia, el patrimonio tanto tangible como intangible está en peligro en todas partes del mundo.
En este Día Mundial del Turismo, la pandemia de COVID-19 representa una oportunidad para repensar el futuro del sector turístico, incluida la forma en que contribuye a los objetivos de desarrollo sostenible, a través de su valor social, cultural, político y económico. Con el tiempo, el turismo puede ayudarnos a superar la pandemia, uniendo a las personas y promoviendo la solidaridad y la confianza, ingredientes cruciales para hacer avanzar la cooperación mundial que se necesita con tanta urgencia en este momento.
Fuente: un.org