(Computer Hoy).- ¿Cuánto comprendemos en realidad de la paradoja del gato de Schrödinger? ¿Qué ha supuesto esta curiosa explicación para el desarrollo de la física cuántica en las últimas décadas?
El gato de Schrödinger ha pasado de ser una paradoja al alcance de unos pocos científicos, a formar parte de la cultura popular. Podemos encontrar a este desafortunado gato en camisetas, tazas y memes desde que la serie The Big Bang Theory le diera a conocer al gran público.
La mayoría de personas tienen una relación muy superficial con esta historia, comprenden la idea de superposición como la paradoja de estar vivo y muerto a la vez hasta que se abre la caja. Sin embargo, el gato de Schrödinger esconde mucha más información, es un ejemplo gracioso de la complejidad del universo cuántico al que se estaba asomando la comunidad científica en los años 20 y que aún hoy sigue sin comprenderse bien.
Hasta la aparición de la mecánica cuántica moderna en los años veinte del siglo pasado, los físicos estaban convencidos de que sus teorías eran deterministas. En ellas no cabía la ambigüedad. Una vez conocidas todas las condiciones iniciales de un sistema, nunca se ponía en duda el resultado de cualquier experimento. Este mundo de seguridad y certezas explotó por los aires con la llegada de la teoría cuántica, todo pasó a ser simplemente probable, un absoluto dolor de cabeza.
La interpretación más conocida de la mecánica cuántica
Antes de comprender si el gato acaba muerto o vivo, tenemos que hacer un alto en el camino en esos locos años 20. Ante el caos de teorías e ideas que comenzaban a surgir sobre la física cuántica, los científicos trataban de discernir una teoría coherente y lo más completa posible. Así surge la Interpretación de Copenhague o la explicación más tradicional del mundo cuántico y nuestra relación con él.
Esta interpretación es fruto de científicos como Niels Bohr, Max Born y Werner Heisenberg, entre otros. Se presenta en 1927 en una conferencia en el lago Como, Italia (no eligieron mal sitio), aunque su nombre se lo debe a la ciudad en la que residía Bohr. A la hora de estudiar la mecánica cuántica, durante todo este tiempo ésta ha sido y sigue siendo la explicación más recurrente, se estudia en todas las universidades ya que sigue siendo válida y la más completa.
Hay que hacer especial hincapié en la palabra interpretación. No es una teoría como las que se conocían hasta el momento y está más cerca de la filosofía que de la precisión de las matemáticas. En la interpretación de Copenhague se entremezclan la mecánica de matrices de Heisenberg con la mecánica ondulatoria de Schrödinger. Se establece que un sistema cuántico, digamos una partícula, evoluciona en el tiempo como una onda en la que se incluyen todas las posibles posiciones y valores de la partícula, es decir, la superposición cuántica.
Texto: Marta Sanz Romero