La reciente incursión de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito ha desencadenado una ola de condena a nivel internacional, poniendo al gobierno de Ecuador bajo el escrutinio de la comunidad mundial y abriendo el camino a posibles sanciones legales y diplomáticas. La acción, calificada de sin precedentes, ha roto las relaciones diplomáticas entre México y Ecuador, establecidas desde 1837, y ha llevado al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador a anunciar una inminente denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Expertos en derecho internacional y relaciones exteriores anticipan que Ecuador podría enfrentarse a una serie de consecuencias por este acto, que va desde sanciones pecuniarias hasta su exclusión de participaciones en organismos multilaterales. Según Esteban Nicholls, director de estudios latinoamericanos en la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador, la defensa ecuatoriana podría argumentar que la embajada mexicana albergaba a un criminal común, desafiando la tradicional protección diplomática para perseguidos políticos. Sin embargo, la expectativa general es que la CIJ encuentre a Ecuador culpable de violar la inviolabilidad de la embajada, un acto equiparado con la invasión de un país bajo la teoría del derecho internacional.
Además de las implicaciones legales, el incidente ha puesto en «pausa» las negociaciones para un tratado de libre comercio entre México y Ecuador, esencial para la adhesión del país sudamericano a la Alianza del Pacífico. La reacción negativa no se ha limitado a México, con varios países latinoamericanos expresando su repudio al asalto y tomando medidas en solidaridad con México, tales como la ruptura de relaciones diplomáticas por parte de Nicaragua y la retirada del embajador boliviano en Quito.
A pesar del aislamiento internacional, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa parece haberse fortalecido internamente, utilizando el incidente para consolidar su imagen de firmeza ante la corrupción y la delincuencia. Este posicionamiento se produce en un momento crucial, justo antes de una consulta popular que busca otorgar mayores facultades a la fuerza pública en la lucha contra la delincuencia.
La ruptura de relaciones diplomáticas y las posibles sanciones enfrentan a Ecuador a un complejo panorama en sus relaciones internacionales y cooperación regional, especialmente en temas críticos como la lucha contra el narcotráfico. El incidente resalta la importancia del respeto al derecho internacional y los principios diplomáticos que rigen las relaciones entre naciones.