De la leyenda del conejo de Pascua se desprende la fiesta dedicada a la fertilidad en primavera, asociada a la a diosa fenicia Astarté; en algunos países a la festividad de Pascua se le llama “Easter”, diosa de la luz.
El conejo fue elegido como símbolo de Pascua por su capacidad de procreación, una cualidad muy apreciada para estas celebraciones dedicadas a la fertilidad de las tierras en primavera después del invierno.
En esta fecha se acostumbra esconder huevos de chocolate decorados.
Sin embargo, otros cuentan que en la época de Jesús, un conejo que estuvo encerrado en el sepulcro junto a él y fue testigo de su resurrección.