La caída del presidente Bachar Al-Assad luego de 14 años de guerra civil deja a ese país de Medio Oriente en una situación incierta que se suma a la crisis humanitaria que afecta ya a más de 16 millones de personas. Ahora, los sirios deben aprovechar el momento para emprender un proceso político pacífico basado en un diálogo que incluya a todos los sectores de la sociedad, dice el máximo encargado de los derechos humanos.
“Ayer, los sirios salieron a las calles con mucha esperanza y mucha ansiedad por el futuro: la esperanza de que ésta sea una oportunidad para que el país construya un futuro basado en los derechos humanos, la libertad y la justicia; y la ansiedad derivada de tanta incertidumbre”, dijo este lunes el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Volker Türk describió así el escenario en Siria tras la caída del presidente Bashar Al-Assad, que huyó del país ayer domingo, luego de casi 14 años de una guerra civil que ha dejado decenas de miles de muertos y desaparecidos, millones de desplazados y refugiados y más de 16 millones de personas dependiendo de la ayuda humanitaria.
En conferencia de prensa en Ginebra en vísperas del Día de los Derechos Humanos, Türk instó a los sirios a tomar esta oportunidad para construir “un futuro basado en las garantías fundamentales, la libertad y la justicia”.
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Para ello, explicó, es esencial una participación significativa e inclusiva de todos los sirios.
“La única manera de avanzar es un proceso político nacional que ponga fin a la ristra de sufrimiento, satisfaga las aspiraciones de todos los sirios y garantice la verdad, la justicia, la reparación, la sanación y la reconciliación”, subrayó.
Túrk insistió que será esencial que los derechos humanos de todos los sirios ocupen un lugar central en ese proceso.