Ciudad de México. Fondos del ahorro pensionario de los trabajadores mexicanos han sido canalizados hacia fideicomisos de inversión inmobiliaria (Fibra), certificados de capital de desarrollo (CKD) y otros instrumentos financieros destinados a proyectos de infraestructura y vivienda de alto valor, inaccesibles para la mayoría de la población.
Según datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), en 2024 las Afore invirtieron 114 mil 200 millones de pesos en CKD y Cerpi (certificados de proyectos de inversión). No obstante, sólo uno de los 37 fondos receptores estuvo vinculado con vivienda social, lo que refleja una tendencia hacia desarrollos destinados a sectores medios-altos y de lujo.
Felipe Hernández Trejo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco, advierte sobre la “financiarización de la vivienda”, fenómeno que convierte el derecho a la vivienda en un activo financiero global. “Se está utilizando el dinero de los trabajadores para financiar viviendas que ellos mismos nunca podrán pagar”, señaló en entrevista.
Entre las inversiones destaca el caso de Be Grand, empresa desarrolladora de inmuebles de lujo en zonas exclusivas como Polanco o la colonia Tabacalera. De 2018 a 2023, su vehículo Be Grand CKD17 captó más de 1,900 millones de pesos provenientes del ahorro pensionario. Con esos recursos, señala Hernández Trejo, se podrían haber construido más de mil viviendas de precio medio, cuyo valor promedio ronda 1.7 millones de pesos, según la Sociedad Hipotecaria Federal.
De acuerdo con el académico, los CKD fueron diseñados en 2009 como instrumentos para permitir que las Afore participaran en proyectos bursátiles. Aunque se plantean como impulso a infraestructura, su uso ha estado mayoritariamente ligado a desarrollos inmobiliarios comerciales y residenciales de lujo, como The Harbor Mérida o The Ritz-Carlton Ciudad de México, ambos financiados con recursos del fondo Thor Urbana Capital.
El ingreso promedio de un trabajador afiliado al IMSS es de 622.86 pesos diarios. Con este salario, se requerirían casi 79 años completos de sueldo para adquirir un departamento promovido por Be Grand con valor cercano a los 18 millones de pesos.
A escala internacional, este modelo de financiarización ha sido duramente criticado. Leilani Farha, ex relatora de la ONU para vivienda adecuada, ha advertido que el fenómeno genera desalojos, viviendas vacías y precios impagables, transformando un bien social en mercancía especulativa. En su documental Push, denuncia que en 2019 el valor global del sector inmobiliario residencial superó los 163 billones de dólares, más del doble del PIB mundial.
La Consar reporta que hasta mayo de 2025, el ahorro pensionario invertido en CKD y Cerpi alcanzó los 613 mil millones de pesos, cifra seis veces mayor al monto destinado a carreteras. Aunque estas inversiones implican riesgos, las regulaciones permiten que hasta 20% del ahorro de trabajadores nacidos después de 1975 se destine a este tipo de instrumentos estructurados.




