MOSCÚ — En un devastador acto de violencia que sacudió a la comunidad internacional, cinco hombres armados con vestimenta de camuflaje desataron un baño de sangre en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de la capital rusa, Moscú, matando a al menos 40 personas y dejando cerca de un centenar de heridos. El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó la responsabilidad por el ataque, que tuvo lugar en un suburbio de Moscú, anunciando su implicación a través de un comunicado en la aplicación de mensajería Telegram.
Los atacantes, equipados con armas automáticas, abrieron fuego contra los asistentes durante un concierto de la banda «Picnic», causando pánico y una estampida en la que todos buscaban desesperadamente un lugar seguro. Testigos del horror describieron escenas caóticas de disparos seguidos por una explosión que intensificó aún más el terror entre la multitud.
La tragedia se produce días después de la reelección del presidente Vladimir Putin y en medio de las tensiones continuas entre Rusia y Ucrania. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, expresó su dolor por las vidas perdidas, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso condenó el acto como un «sangriento atentado terrorista» y prometió hacer todo lo posible para salvar a las víctimas.
Este ataque se suma a una serie de advertencias emitidas por la embajada de Estados Unidos en Rusia sobre posibles atentados extremistas en Moscú, incluyendo una advertencia específica emitida después de que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) afirmara haber frustrado un ataque a una sinagoga por parte de una célula del EI.
Las autoridades han intensificado la seguridad en aeropuertos, estaciones de tren y en toda la metrópoli de Moscú, buscando prevenir más ataques y garantizar la seguridad de sus ciudadanos en estos tiempos de creciente inestabilidad.
La comunidad internacional ha reaccionado con condenas al ataque y expresiones de solidaridad hacia las víctimas y sus familias. Este trágico evento resalta la persistente amenaza del terrorismo y la necesidad de una cooperación global reforzada en la lucha contra los actos de violencia que buscan socavar la paz y la seguridad mundiales.