El responsable de velar por los derechos humanos afirma que permitir el discurso de incitación al odio y las publicaciones dañinas en línea tienen consecuencias en el mundo real. Por su parte, la UNESCO pide transparencia, análisis de riesgo y participación ante la toma de decisiones por parte de las grandes empresas de tecnología.
Tras la decisión de Meta de poner fin a su programa de verificación de datos en Estados Unidos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos insistió este viernes en que las publicaciones en las redes sociales que incitan al odio y la división tienen consecuencias en el mundo real y que existe la responsabilidad de regular el contenido.
“Permitir el discurso de odio y el contenido dañino en línea tiene consecuencias en el mundo real. Regular este contenido no es censura”, puntualizó Volker Türk en X.
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En una publicación más extensa sobre el mismo tema en la red LinkedIn, Türk sostuvo que etiquetar los esfuerzos para crear espacios seguros en línea como censura, “ignora el hecho de que el espacio no regulado significa que algunas personas son silenciadas, en particular aquellas cuyas voces a menudo son marginadas. Al mismo tiempo, permitir el odio en línea limita la libertad de expresión y puede resultar en daños en el mundo real”.
El jefe de Meta, Mark Zuckerberg, anunció el martes pasado que la empresa pondría fin a su programa de verificación de datos en Estados Unidos, afirmando que quienes se encargaban de esa tarea corrían el riesgo de parecer políticamente parciales, y que la autorregulación resultaba en demasiada censura. Türk pidió volver a una expresión más libre en las plataformas de Meta, y añadió que la confianza de los usuarios se había erosionado.
Según informaciones recibidas, la International Fact-Checking Network (red internacional de verificación de hechos) habría rechazado el argumento “falso” de Zuckerberg y advirtió que podría causar daños.