Millones de refugiados y migrantes viven en situación de vulnerabilidad y tienen peor salud que la población de sus países de acogida, sobre todo cuando sus condiciones de vida y de trabajo son deficientes, alerta un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgado este miércoles.
En el mundo de hoy, una de cada ocho personas, o 12,5% de la población global, es migrante, es decir, hay casi mil millones de personas que viven en un país diferente al propio, pero esto no se refleja en los servicios de salud a los que tienen acceso.
“La condición de migrante afecta enormemente la salud y el bienestar y los refugiados y migrantes continúan siendo uno de los grupos más vulnerables y desatendidos en muchos países”, recordó el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la presentación del estudio.
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La migración es una constante en la historia humana. Por elección o por necesidad, el desplazamiento es parte de la vida de las personas independientemente de las causas, el contexto, el origen o la situación que las llevan a emigrar.
“Vivimos tiempos difíciles. La concurrencia de enfermedades, hambrunas, guerras y el cambio climático amenaza la seguridad de la población mundial y ejerce una presión sin precedentes sobre nuestras sociedades y economías”, dijo el doctor Tedros, refiriéndose a los desarraigos masivos de población que se registran actualmente.
Además, la pandemia de COVID-19 sigue afectando de forma desproporcionada la salud y los medios de subsistencia de los refugiados y los migrantes y expone a dificultades específicas a los trabajadores migrantes, recalca el documento de la OMS.