Un expolicía armado atacó este jueves una guardería en el noreste de Tailandia causando la muerte de casi 40 personas, al menos 20 de ellas niños -algunos de apenas dos años -, según cifras preliminares extraoficiales, para luego asesinar a su familia y suicidarse.
El Secretario General de las Naciones Unidas manifestó tristeza y consternación por el terrible tiroteo masivo ocurrido en la provincia de Nong Bua Lamphu, una región principalmente agrícola con una de las tasas de pobreza más altas de Tailandia.
En un comunicado, António Guterres ofreció sus condolencias a las familias de los fallecidos y deseó una pronta recuperación a los heridos.
Hasta el momento, las informaciones indican que diez personas quedaron heridas, seis de ellas gravemente.
Armas de fuego y armas blancas
Según los despachos de prensa el agresor, de 34 años, portaba armas de fuego y cuchillos y entró a la guardería a la hora de almuerzo abatiendo a tiros a cuatro o cinco funcionarios para luego dirigirse a los salones donde estaban los niños.
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Tras cometer la masacre, el atacante huyó de la escena del crimen y mató a su familia antes de suicidarse, al darse cuenta del despliegue policíaco para atraparlo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) lamentó el trágico acontecimiento y condenó todas las formas de violencia contra los niños.