La agencia señala que los contaminantes atmosféricos son el mayor riesgo medioambiental directo para la salud de nuestro tiempo, ya que el 99% de la población mundial respira aire insalubre.
Sin embargo, Otto aclara que, aunque casi todos respiramos aire contaminado, no todos estamos expuestos a los mismos niveles de polución. “Las diferencias en los niveles de contaminación atmosférica suelen coincidir con otras desigualdades. La exposición a cualquier nivel puede tener consecuencias para la salud que merman la calidad de vida y conllevan costes para el individuo, nuestras sociedades y nuestras economías”.
La agencia recuerda que, del mismo modo que reducir la contaminación atmosférica es fundamental para mejorar la salud humana, también lo es para hacer frente a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos, así como para ayudarnos a alcanzar varios Objetivos de Desarrollo Sostenible.