Un experto de la ONU en derechos humanos instó este lunes a los Estados a respetar y proteger la vida de todas las personas privadas de libertad y a redoblar sus esfuerzos para erradicar el flagelo de las muertes bajo custodia.
El relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias afirmó en un informe al Consejo de Derechos Humanos que “decenas de miles de presos mueren cada año en todo el mundo, aunque se desconoce el número exacto debido a las deficiencias imperantes en el sistema de registro, investigación y notificación fidedigna de estos fallecimientos».
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Un fenómeno que Morris Tidball-Binz calificó de “invisible” debido a que sus víctimas provienen de los sectores más marginados tanto económica como socialmente.
“Una proporción significativa de las personas encarceladas no han cometido sino delitos leves. Los delitos relacionados con la pobreza, como el vagabundeo, la ebriedad, la incapacidad para pagar una deuda o una multa, el hurto menor o los desórdenes públicos, deben derogarse o castigarse con penas distintas de la prisión”, indica el informe.
Asimismo se mostró partidario de despenalizar los delitos “sin víctimas” como el trabajo sexual, los delitos religiosos como la apostasía y la blasfemia, los de género como el adulterio, los relacionados con la “decencia” y los relativos al embarazo, como el aborto.
“Las mujeres no deben ser encarceladas por ejercer sus derechos reproductivos. Si se han obtenido pruebas mediante tortura, esas pruebas no pueden servir para sustentar condenas”, especificó.