El presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó una severa crítica contra los participantes de una movilización opositora, acusándolos de pretender regresar al poder para recuperar sus privilegios y disfrazarse de demócratas mientras violaban los derechos del pueblo. Según el mandatario, este grupo busca desestabilizar su administración mediante campañas que lo acusan de ser un «narcopresidente» y dictador.
AMLO sostuvo que los manifestantes, a quienes identifica como la vanguardia de los conservadores, no representan los intereses del pueblo sino los de una oligarquía que pretende mantener sus privilegios económicos y políticos. Para el presidente, las acusaciones en su contra son infundadas y reflejan una estrategia de inversión de roles, donde los verdaderos transgresores de la democracia lo acusan de dictadura y nexos con el narcotráfico.
Destacó los logros de su gobierno en la lucha contra la corrupción y el incremento en la recaudación fiscal, señalando un aumento de 1.5 billones de pesos en cinco años. Estos esfuerzos, según López Obrador, han generado inconformidad entre quienes se beneficiaban de prácticas corruptas y evasión fiscal, motivándolos a buscar un retorno al poder.
El mandatario también criticó a los intelectuales y figuras públicas asociadas con el movimiento opositor, particularmente a Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, a quien acusó de carecer de autoridad moral y de favorecer un modelo de debate agresivo y mediático en contra de su gobierno.
Concluyó reafirmando su compromiso con la transformación del país y la eliminación de la corrupción, a pesar de los insultos y críticas de sus opositores, a quienes calificó de autoritarios y corruptos. AMLO defendió la libertad de expresión en México, reconociendo que, hasta ahora, las acciones opositoras se han limitado a manifestaciones verbales sin mayores consecuencias.