El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lanzó una advertencia sobre el impacto que pueden tener las campañas en redes sociales, específicamente mencionando una dirigida contra él bajo el hashtag #NarcoPresidente, destacando el potencial de estas campañas para desestabilizar gobiernos cuando la población es susceptible a la manipulación y no está adecuadamente informada.
Desde Palacio Nacional, López Obrador calificó estas campañas de «gravísimo» y «tóxico», expresando su sorpresa y sarcasmo ante la magnitud de la campaña en su contra, que alega haber sido amplificada artificialmente a través del uso de bots, resultando en una percepción distorsionada de oposición masiva en las redes sociales.
El presidente subrayó la ineficacia de estas estrategias de difamación, señalando que, a pesar de los esfuerzos por desacreditarlo, su popularidad no ha disminuido. Criticó el gasto excesivo en estas campañas, que a su juicio solo beneficia a las empresas de publicidad y a los operadores corruptos que gestionan estas campañas, permitiéndoles desviar fondos para su propio enriquecimiento.
En un consejo dirigido tanto a sus simpatizantes como a sus opositores, especialmente en el contexto de las próximas campañas electorales, López Obrador recomendó enfocarse en el contacto directo con la ciudadanía, visitando a las personas en sus hogares en lugar de invertir en campañas de redes sociales. Argumentó que esta aproximación más personal es más efectiva y condenó la corrupción asociada a la financiación de campañas políticas, tanto de partidos como de individuos que buscan candidaturas sin intención de ganar, sino por el beneficio económico que pueden obtener.
Este enfoque crítico hacia el manejo y la influencia de las redes sociales en la política y su llamado a la reforma electoral subrayan la preocupación del presidente por la integridad del proceso político y electoral en México, enfatizando la necesidad de una mayor transparencia y honestidad en las campañas políticas y en la interacción con los electores.