El fútbol es ya, con diferencia, el deporte más popular del mundo, practicado y venerado por miles de millones de personas en todos los rincones del planeta. Entonces, ¿qué sentido tiene hablar aún de convertirlo en algo realmente global? La cuestión no es tanto si puede llegar a ser más global todavía, sino que lo sea «de verdad».
Es cierto que el fútbol se juega en el mundo entero, desde las calles de Kinsasa hasta las playas de Nueva Caledonia, y me siento afortunado por haberlo podido constatar en persona, ya que he visitado más de 100 países a lo largo de los últimos cuatro años. Sin embargo, tengo la sensación de que nos queda muchísimo por hacer y tenemos la gran oportunidad de hacer el fútbol realmente global, accesible e inclusivo en el sentido más amplio, en todo el mundo.
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La situación es bastante clara: no es concebible que una disciplina deportiva con un inmenso poder de influencia y mundialmente conocida solo pueda practicarse al máximo nivel en unas pocas zonas del planeta. Nuestra principal misión es globalizar, popularizar y democratizar verdaderamente el fútbol en beneficio de todo el mundo. Y esta es la visión que quiero transmitir hasta el año 2023.
Ha llegado la hora de marcarse objetivos claros y específicos para obtener más resultados concretos. El desarrollo del fútbol femenino, tras el Mundial femenino con más éxito de la historia con diferencia, es solo uno de los aspectos en los que nos centraremos. Este documento configura un plan para modernizar el mundo del fútbol y hacerlo cada vez más inclusivo y marcar el camino hacia el día en que contemos al menos con 50 selecciones y otros tantos clubes de todos los continentes en el máximo nivel competitivo. Esta visión persigue lograr que el fútbol sea realmente global.
Fuente: FIFA