El empate 0-0 entre Brasil y Costa Rica en el SoFi Stadium de Los Ángeles estuvo lleno de controversias arbitrales que dejaron a la Canarinha visiblemente frustrada. Al finalizar el partido, los jugadores brasileños reclamaron enérgicamente al árbitro César Ramos, cuyo desempeño fue criticado por decisiones clave que afectaron el resultado.
Ramos se vio obligado a abandonar el campo escoltado por sus asistentes después de anular un gol de Marquinhos en el minuto 30. El central brasileño había aprovechado un servicio al segundo poste y superado al portero Patrick Sequeira tras un desvío de Vinicius Jr., pero el árbitro, asistido por el VAR, invalidó el gol sin revisar la repetición en cabina.
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El entrenador de Brasil, Dorival Júnior, cuestionó vehementemente la decisión de Ramos, especialmente después de que el árbitro permitiera continuar una jugada en la que Vinicius Jr. fue derribado en el área por Haxzel Quirós, explicando que no había falta.
A pesar de las quejas, Brasil tuvo varias oportunidades claras para marcar, pero fallaron en concretar. Lucas Paquetá, Rodrygo y el joven Endrick Felipe tuvieron ocasiones que no lograron materializar, enfrentándose a una defensa costarricense bien organizada.
El empate fue un logro significativo para Costa Rica, marcando la primera vez que igualan 0-0 con Brasil en un encuentro oficial y la primera vez que no pierden ante la Canarinha desde 1960. Gustavo Alfaro, el técnico argentino de Costa Rica, celebró el resultado abrazando a sus jugadores, mientras la frustración se apoderaba del equipo brasileño. El empate deja a ambos equipos con un punto en el Grupo D.
