Un avance en el cálculo de las órbitas de asteroides y objetos menores del sistema solar permitirá identificar con mayor precisión aquellos en trayectorias potenciales de colisión con la Tierra. Este logro combina principios descubiertos por Isaac Newton y ampliados por Albert Einstein en su teoría de la relatividad general, mejorando el entendimiento del fenómeno de la curvatura gravitacional de la luz.
En un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, investigadores calcularon con precisión el ángulo de curvatura gravitacional de la luz (GBL) causado por objetos masivos estáticos, como el Sol o planetas de movimiento lento. Este método puede aplicarse al rastreo de cuerpos en regiones distantes del sistema solar, como el Cinturón de Kuiper, hogar de planetas enanos como Plutón, y la Nube de Oort, una vasta capa de cometas de largo período.
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Este avance representa un paso crucial en la astronomía, al permitir un rastreo más exacto de asteroides y cometas que podrían representar riesgos para nuestro planeta, al tiempo que amplía el conocimiento sobre las dinámicas de las regiones más remotas del sistema solar. La aplicación de estos principios clásicos y modernos de la física demuestra su relevancia en los desafíos científicos actuales.