La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) hace balance de un año en el que los conflictos y los desastres climáticos han provocado que casi 123 millones de personas hayan tenido que dejar sus hogares.
Incluso para los estándares de los últimos años, el 2024 ha sido un año de agitación en el que han estallado nuevos conflictos, se agudizaron las crisis existentes y se multiplicaron los desastres provocados por el clima. Como resultado, el número de personas obligadas a huir de sus hogares por conflictos y persecuciones alcanzó casi los 123 millones a finales de junio. Una cifra que, sin duda, ha aumentado aún más con la escalada del conflicto en Oriente Próximo y los cientos de miles de personas que siguen huyendo de la violencia en Sudán, Ucrania, la República Democrática del Congo y otros lugares del mundo.
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Mientras aumentan los nuevos desplazamientos, millones de personas se encuentran atrapadas en situaciones de exilio prolongado, sin poder regresar a sus hogares de forma segura y sin la posibilidad de reconstruir sus vidas en los sitios a los que han huido. Se necesitan soluciones urgentes, no solo para poner fin a los conflictos, sino también para que los refugiados y otros desplazados forzosos tengan la oportunidad de contribuir a sus nuevas comunidades.