El polvo lunar, conocido por su carácter abrasivo y adhesivo, representa un desafío crucial para las misiones espaciales futuras. La NASA, en colaboración con Blue Origin, ha iniciado una serie de pruebas suborbitales para analizar este problema en condiciones similares a las de la Luna. Este esfuerzo incluye innovaciones como el robot ClothBot y el sistema Hermes Lunar-G, que buscan mitigar los efectos dañinos del regolito en trajes espaciales, equipos y hábitats.
Entre las principales amenazas del polvo lunar destacan su adherencia electrostática, que lo fija a superficies como paneles solares, y su capacidad de dañar herramientas y poner en riesgo la salud de los astronautas al ser inhalado. Las pruebas actuales evalúan el comportamiento del polvo bajo diferentes condiciones y desarrollan modelos que podrían aplicarse tanto en módulos de aterrizaje como en esclusas de aire, esenciales para garantizar la sostenibilidad de futuras misiones a la Luna y Marte.
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Kristen John, líder de la Iniciativa de Innovación de la Superficie Lunar de la NASA, subraya que la mitigación del polvo lunar es prioritaria para el diseño de tecnologías espaciales avanzadas. Los datos obtenidos durante estas pruebas contribuirán no solo a solucionar problemas actuales, sino también a perfeccionar estrategias para la exploración a largo plazo del espacio profundo.