Ciudad de México. La incertidumbre migratoria en Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump ha generado preocupación entre aficionados extranjeros que planean asistir a la Copa del Mundo de 2026, el torneo más grande en la historia del futbol, con 48 selecciones, 104 partidos y 16 ciudades sede en tres países. Las políticas de endurecimiento migratorio, operativos federales y restricciones de visado han elevado el temor entre seguidores internacionales, especialmente ante el riesgo de ser detenidos por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) al acudir a los estadios.
Para mitigar estos efectos, la FIFA anunció ayer un sistema de citas prioritarias denominado FIFA Pass, que permitirá a los aficionados que compren boletos solicitar una visa estadunidense mediante un proceso acelerado. El Departamento de Estado aseguró que quienes tramiten bajo este esquema obtendrán una cita consular en un máximo de 60 días. Para ello, se desplegaron más de 400 oficiales consulares adicionales alrededor del mundo.
El organismo rector del futbol estima que entre 6 y 7 millones de boletos serán vendidos el próximo verano y que entre 5 y 10 millones de visitantes llegarán a Estados Unidos. El torneo generaría 185 mil empleos de tiempo completo y una producción bruta de 30 mil 500 millones de dólares. Con el FIFA Pass, los compradores de entradas tendrán acceso a una plataforma que priorizará su solicitud de visa. “La verificación será la misma que para cualquier otro solicitante. La diferencia es que avanzan en la fila”, explicó el secretario Marco Rubio.
Las restricciones impuestas por Washington incluyen una revisión exhaustiva de redes sociales y declaraciones públicas, lo que ya ha provocado deportaciones de extranjeros por actividades consideradas contrarias al gobierno. Salvo los ciudadanos de países incluidos en el Programa de Exención de Visa, los aficionados requerirán entrevista presencial y revisión de seguridad para obtener una visa B1/B2.
La situación se tensó aún más con la elección de la activista progresista Katie Wilson como alcaldesa de Seattle, quien ha prometido mantener su ciudad como “santuario” para migrantes. Ante ello, Trump planteó la posibilidad de mover los partidos de la Copa Mundial fuera de Seattle —una de las 11 sedes estadunidenses— si considera que la ciudad “no es segura”.
“Si creemos que hay algún indicio de problemas, le pediría a Gianni que lo moviera a otra ciudad”, declaró el mandatario. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, evitó comprometerse a desplazamientos de sedes y reiteró que “la seguridad es la prioridad número uno”.
En paralelo, el gobierno estadunidense inició desde junio el despliegue de fuerzas federales en varias ciudades, entre ellas Los Ángeles, Washington, Chicago, Memphis, Portland y San Francisco, bajo el argumento de combatir la delincuencia, lo que aumenta la inquietud en torno a la organización del torneo.




