Ciudad de México. El cineasta Francisco Usiel López, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y licenciado en comunicación social por la Universidad Autónoma Metropolitana, reconstruye en su cortometraje Crónica menor la experiencia personal de la muerte de su padre durante la pandemia por covid-19, un hecho que, según afirma, aún permanece poco explorado en los medios audiovisuales.
Filmada en la zona de Topilejo, la obra narra con crudeza y desde una perspectiva íntima la vivencia de una familia mexicana que enfrentó la tragedia desde el confinamiento, cuando los hospitales estaban colapsados y la incertidumbre dominaba. Francisco escribió el guion y se interpretó a sí mismo, acompañado por su hermano y su sobrina, en una producción que también enfrentó limitaciones económicas y fue rodada en la casa donde ocurrió la historia real.
“El cine es una forma de memoria. No es revivir las desgracias por morbo, sino honrar a los caídos y construir empatía”, afirmó el director, quien señala que el cortometraje nace de una necesidad emocional y una indignación ante el olvido social de las experiencias cotidianas que trajo la pandemia.
La cinta tuvo su estreno internacional en el Moscow International Film Festival, representando a México, aunque aún no ha sido aceptada en festivales nacionales como el de Guanajuato o Ficunam. El realizador espera su posible inclusión en Shorts México.
López relata que Crónica menor surgió en un contexto de incertidumbre y aislamiento. “Estaba preocupado por mis hermanos, por lo que podía pasar. No sabía si iba a sobrevivir, así que decidí dejar un testimonio”.
Además de dirigir y actuar, Francisco se enfrentó al reto de construir una obra desde la vulnerabilidad, sin actores profesionales. El hombre que interpretó a su padre, Felipe, participó en el proyecto tras haber estado preso, donde tomó un taller de teatro, y también había perdido a su hija por covid.
“Había un ambiente trágico en el set. La tensión era real. No era una actuación convencional, era una reconstrucción emocional”, comentó el director, quien considera que el cine puede ser una herramienta catártica y sanadora.
El joven realizador subraya que su intención es seguir creando cine con sentido de vida. “No quiero filmar algo que no genere vida. El cine es un arte masivo que puede llegar a muchas personas, no se queda en un museo”.




