El misterio que rodea la construcción de Stonehenge se esclarece un poco más gracias a un estudio reciente que rastrea el origen de su enigmática piedra central. Publicado en la revista Nature, el estudio identifica que la «piedra del altar» proviene del noreste de Escocia, a más de 740 kilómetros de su ubicación actual en el sur de Inglaterra. Este hallazgo desafía la creencia previa de que la losa de arenisca provenía de Gales.
El equipo de investigación, al no poder cortar las piedras en el sitio, analizó minerales de fragmentos recolectados en excavaciones históricas. Los resultados señalaron la cuenca Orcadian en Escocia como el origen de la piedra, un lugar que se destaca por su formación geológica única. Nick Pearce, coautor del estudio y geólogo de la Universidad de Aberystwyth, señala que esta «huella dactilar» geológica es exclusiva de esa región.
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Este descubrimiento ha generado asombro entre los expertos, como Susan Greaney, quien resalta la increíble logística y la interconexión cultural que debieron existir para transportar la piedra desde tan lejos hace miles de años. Aunque la función exacta de la «piedra del altar» sigue sin conocerse, este hallazgo aporta nuevas perspectivas sobre la construcción y el significado ritual de Stonehenge, un sitio ceremonial clave en la antigua Gran Bretaña.