Claudia Sheinbaum Pardo, quien asumirá la presidencia de México el 1 de octubre, anunció que pedirá licencia a Morena para marcar una clara separación entre el gobierno y el partido, siguiendo el precedente establecido por Andrés Manuel López Obrador. En una conferencia de prensa, la virtual presidenta electa declaró que no participará en el proceso de renovación de la dirigencia de Morena, dejando esa responsabilidad a la militancia.
«Tenemos que marcar muy bien la distancia entre gobierno y partido», afirmó Sheinbaum. Agregó que corresponderá al partido decidir si el cambio se realiza por Congreso Nacional o encuesta. «Si me invita un ratito Morena, evidentemente yo ya no participaría ni en la votación, ni daría mi opinión sobre quién debe dirigir Morena», puntualizó.
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Sheinbaum también mencionó que discutirá con Mario Delgado el momento en que él debería dejar la presidencia del partido para enfocarse en la transición de la Secretaría de Educación Pública.
En su declaración, Sheinbaum destacó los logros de Morena en la última década, incluyendo el gobierno de 23 estados y la Ciudad de México a partir de octubre, y una votación del 60% en las recientes elecciones. «En Morena hay mucha unidad y también pluralidad. No se trata de que haya un pensamiento único, hay discusión. Fíjense lo que está pasando en el PRI, en el PAN; en cambio, en Morena tenemos mucha unidad y eso es muy bueno», dijo.
Ante la pregunta de cuándo formalizaría su licencia con Morena, Sheinbaum respondió: «A partir del primero de octubre, ya entro como presidenta constitucional, pero ya no creo que deba opinar sobre la dirigencia del partido, ya estamos en otra condición, ya es un asunto de la militancia».