Al participar en el Seminario “Sinergias entre cambio climático global y local”, organizado por el PINCC, el economista externó que la isla de calor es un fenómeno que experimentan las zonas urbanas donde se aprecian altas temperaturas debido a la actividad humana, causadas principalmente por los edificios, aceras o asfaltos, que absorben más calor y lo liberan lentamente.
De esta forma, hay factores que determinan el clima urbano: el cambio climático global, que altera las condiciones planetarias y tiene una expresión regional y local; los factores geográficos (latitud y longitud); procesos dinámicos como El Niño o la Niña; contaminantes atmosféricos con aerosoles y carbono negro; y la isla de calor urbana, acotó.
“En un escenario de altas emisiones vemos que el planeta se puede calentar entre dos o 4.5 grados, y eso es similar a lo que se han calentado las grandes ciudades por la isla de calor; de ahí la importancia de ver estos efectos conjuntos”, comentó Estrada Porrúa.
El también doctor en Economía Ambiental por la Universidad Libre de Ámsterdam agregó que 2021 fue el sexto año más caliente para mil 800 millones de personas, y eso seguirá así porque las ciudades tienen en la isla de calor una fuente adicional de calentamiento.
El experto puntualizó que el calentamiento en una gran urbe, por isla de calor, se parece a lo que se obtendría en los escenarios más drásticos de cambio climático a nivel global, es decir, alrededor de 2.5 y 4.5 grados, por lo que él y su equipo se dieron a la tarea de revisar qué pasaría si unen los dos tipos de cambio climático. Este trabajo fue publicado en la revista Nature Climate Change en 2017.
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Revisaron la información de casi mil 700 grandes ciudades del planeta para observar qué sucedía debido a que ahí vive más del 50 por ciento de la población global, las cuales producen más de 80 por ciento del PIB global. Entonces, lo que pasa en estas tiene implicaciones importantes en lo que ocurre en las naciones y el planeta.
A medida que los cálculos avanzan hacia el futuro, señaló Estrada Porrúa, se revela que las principales metrópolis aumentarían su temperatura en cuatro o cinco grados más en 2050, y para finales de siglo algunas de las más pobladas podrían enfrentar cambios dramáticos de ocho grados centígrados o más.
Económicamente hablando, la isla de calor y la interacción con el cambio climático global y local representan un reto importante, pues si se bajan las emisiones contaminantes con los acuerdos internacionales se reducen los impactos económicos.